15 Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla, y cuando la destruía, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.
17 Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar al pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; mas estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh Jehová, Dios mío, sea ahora tu mano contra mí y contra la casa de mi padre, pero no haya plaga en tu pueblo.
18 Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán, el jebuseo.
19 Entonces David subió, conforme a la palabra de Gad que le había dicho en nombre de Jehová.
20 Y al volverse Ornán, vio al ángel; y los cuatro hijos suyos que estaban con él se escondieron. Y Ornán trillaba el trigo.
21 Y cuando David llegó junto a Ornán, éste miró y vio a David; y salió de la era y se postró rostro en tierra ante David.