5 y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se sentara en el trono del reino de Jehová sobre Israel.
6 Y me ha dicho: Salomón, tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido como hijo, y yo seré para él un padre.
7 Asimismo yo estableceré su reino para siempre si él se esfuerza en guardar mis mandamientos y mis decretos, como en este día.
8 Ahora pues, ante los ojos de todo Israel, congregación de Jehová, y a oídos de nuestro Dios, guardad y buscad todos los preceptos de Jehová vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra y la dejéis como heredad a vuestros hijos después de vosotros perpetuamente.
9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo dispuesto, porque Jehová escudriña los corazones de todos y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscas, lo hallarás; pero si le dejas, él te desechará para siempre.
10 Mira, pues, ahora que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate y hazla.
11 Y David dio a su hijo Salomón el plano del pórtico, y de sus edificios, y de sus tesorerías, y de sus salas superiores, y de sus salas interiores y del lugar del propiciatorio.