27 Y la causa por la cual éste alzó su mano contra el rey fue ésta: Salomón edificó Milo y cerró la brecha de la ciudad de David, su padre.
28 Y Jeroboam era un hombre valiente y poderoso, y al ver Salomón que el joven era un hombre laborioso, le encomendó toda la carga de la casa de José.
29 Y aconteció en aquel tiempo que, al salir Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías, el silonita, y éste iba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo.
30 Y tomó Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, y la rasgó en doce pedazos,
31 y dijo a Jeroboam: Toma para ti diez pedazos, porque así dice Jehová Dios de Israel: He aquí que arrancaré el reino de manos de Salomón, y a ti te daré diez tribus
32 (y él tendrá una tribu por amor a David, mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de entre todas las tribus de Israel);
33 por cuanto me han abandonado y han adorado a Astoret, diosa de los sidonios, y a Quemos, dios de Moab, y a Moloc, dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, ni en mis estatutos, ni en mis decretos, como hizo su padre David.