3 Viendo, pues, Elías el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y llegó a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
4 Y él se fue por el desierto a un día de camino, y llegó y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová; quítame la vida, porque no soy yo mejor que mis padres.
5 Y se acostó debajo del enebro y se quedó dormido, y he aquí, un ángel le tocó y le dijo: Levántate, come.
6 Entonces él miró, y he aquí que a su cabecera había una torta cocida sobre las brasas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a recostarse.
7 Y volvió el ángel de Jehová por segunda vez, y le tocó, diciendo: Levántate, come, porque el camino que te resta es demasiado largo para ti.
8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y caminó con las fuerzas de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él la palabra de Jehová, y le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?