27 y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.
28 Y dijo Micaías: Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: ¡Oíd, pueblos todos!
29 Subió, pues, el rey de Israel con Josafat, rey de Judá, a Ramot de Galaad.
30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla.
31 Pero el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis vosotros ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.
32 Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y se volvieron a él para pelear con él; pero el rey Josafat gritó.
33 Y aconteció que al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.