12 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová.
13 Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor, quien le había hecho jurar fidelidad por Dios; y endureció su cerviz y obstinó su corazón, para no volverse a Jehová, el Dios de Israel.
14 Y también todos los principales sacerdotes y el pueblo aumentaron la iniquidad, siguiendo todas las abominaciones de las naciones y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en Jerusalén.
15 Y Jehová, el Dios de sus padres, envió a ellos palabra por medio de sus mensajeros levantándose de mañana y enviando, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su morada.
16 Pero ellos se mofaban de los mensajeros de Dios y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y que no hubo ya remedio.
17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni anciano ni decrépito; a todos los entregó en sus manos.
18 Asimismo, todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros del rey y de sus oficiales, todo lo llevó a Babilonia.