16 Pero ellos se mofaban de los mensajeros de Dios y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y que no hubo ya remedio.
17 Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven, ni doncella, ni anciano ni decrépito; a todos los entregó en sus manos.
18 Asimismo, todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros del rey y de sus oficiales, todo lo llevó a Babilonia.
19 Y quemaron la casa de Dios, y derribaron el muro de Jerusalén, y prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos deseables.
20 Y a los que escaparon de la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde fueron siervos de él y de sus hijos hasta que vino el reino de los persas,
21 para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de su reposo sabático; porque todo el tiempo de su desolación reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
22 Y en el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra por todo su reino, y también por escrito, diciendo: