10 En el arca no había nada más que las dos tablas que Moisés había puesto en Horeb, donde Jehová había hecho convenio con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto.
11 Y aconteció que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo (porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes habían sido santificados, sin distinción de grupos,
12 y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, junto con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban trompeta);
13 tocaban las trompetas y cantaban al unísono, para alabar y dar gracias a Jehová, y cuando alzaban la voz al son de las trompetas y de los címbalos y de los otros instrumentos de música, cuando alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre, entonces una nube llenó la casa, la casa de Jehová.
14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar por causa de la nube, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.