26 Cuando los cielos se cierren y no haya lluvias por haber pecado ellos contra ti, si oran a ti en este lugar, y confiesan tu nombre y se vuelven de sus pecados cuando los aflijas,
27 entonces oye tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino para que anden en él y envía lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad a tu pueblo.
28 Y si hay hambre en la tierra, o si hay pestilencia, si hay tizoncillo o añublo, langosta o saltamontes; o si los sitian sus enemigos en la tierra de sus ciudades; cualquier plaga o enfermedad que sea;
29 toda oración y todo ruego que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cualquiera que conozca su aflicción y su dolor en su corazón, si extiende sus manos hacia esta casa,
30 entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres);
31 para que te teman y anden en tus caminos todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.
32 Y también al extranjero que no sea de tu pueblo Israel, que haya venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre, y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viene y ora en esta casa,