11 Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová y la casa del rey; y todo lo que Salomón tuvo en su corazón hacer en la casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado.
12 Y se le apareció Jehová a Salomón de noche y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar como casa de sacrificio.
13 Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia entre mi pueblo;
14 si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y ellos oran, y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
15 Ahora estarán abiertos mis ojos, y atentos mis oídos, a la oración en este lugar;
16 pues ahora he elegido y santificado esta casa para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
17 Y tú, si andas delante de mí, como anduvo tu padre David, y haces todas las cosas que yo te he mandado, y guardas mis estatutos y mis decretos,