2 El Espíritu de Jehová ha hablado por medio de mí, y su palabra ha estado en mi lengua.
3 El Dios de Israel me ha hablado, me habló la Roca de Israel: El que gobierna a los hombres con justicia, que gobierna en el temor de Dios;
4 es como la luz de la mañana cuando sale el sol en una mañana sin nubes; como la hierba de la tierra brota por el resplandor después de la lluvia.
5 ¿No es así mi casa para con Dios? Pues él ha hecho convenio eterno conmigo, bien ordenado en todas las cosas y seguro. Aunque todavía no haya hecho florecer toda mi salvación y todo mi deseo.
6 Pero los malvados, todos ellos, serán como espinos desechados, los cuales nadie toma con la mano;
7 y quien quiere tocarlos se arma de un hierro y del asta de una lanza, y son del todo quemados en su lugar.
8 Éstos son los nombres de los valientes que tuvo David: Joseb-basebet, el tacmonita, principal de los capitanes; éste era Adino, el eznita, que mató en una ocasión a ochocientos hombres.