13 Y he visto que la sabiduría sobrepuja a la necedad, así como la luz a las tinieblas.
14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que lo mismo acaecerá tanto al uno como al otro.
15 Entonces dije yo en mi corazón: Lo que sucederá al necio me sucederá también a mí. ¿De qué, pues, me ha servido ser más sabio? Y dije en mi corazón que también esto era vanidad.
16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre, pues en los días venideros ya todo será olvidado. Y morirá el sabio igual que el necio.
17 Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
18 Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual habré de dejar a otro que vendrá después de mí.
19 ¿Y quién sabe si él será sabio o necio? Sin embargo, él se enseñoreará de todo mi trabajo en el que yo me afané y en el que ocupé mi sabiduría debajo del sol. Esto también es vanidad.