8 Entretanto se levantó un nuevo rey sobre Egipto que no conocía a José,
9 el cual dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros.
10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que, en caso de guerra, él también se una a nuestros enemigos, y pelee contra nosotros y se vaya de esta tierra.
11 Entonces pusieron sobre ellos capataces que los oprimiesen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés.
12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de modo que los egipcios estaban fastidiados con los hijos de Israel.
13 Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza,
14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.