5 Y Jehová señaló un plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra.
6 Y al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió ni uno.
7 Entonces Faraón envió a averiguar, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto ni uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.
8 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón;
9 y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, el cual ocasionará sarpullido que cause úlceras en los hombres y en las bestias por todo el país de Egipto.
10 Y tomaron la ceniza del horno y se pusieron delante de Faraón; y la esparció Moisés hacia el cielo, y vino un sarpullido que causaba úlceras, tanto en los hombres como en las bestias.
11 Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa de las úlceras, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios.