3 mas del fruto del árbol que está en medio del huerto, dijo Dios: No comeréis de él ni lo tocaréis, para que no muráis.
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
5 sino que sabe Dios que el día en que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal.
6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
7 Y fueron abiertos los ojos de ambos, y supieron que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.
8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto al aire del día; y se escondieron el hombre y su mujer de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
9 Y llamó Jehová Dios al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?