28 uno salió de mi lado, y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora no le he visto;
29 y si tomáis también a éste de mi lado y le acontece algún desastre, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
30 Ahora, pues, cuando llegue yo a tu siervo, mi padre, si el joven no está conmigo, como su alma está ligada al alma de él,
31 sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas de tu siervo, nuestro padre, con dolor al Seol.
32 Como tu siervo quedó como fiador del joven ante mi padre, diciendo: Si no te lo traigo de vuelta, entonces yo seré culpable ante mi padre todos los días;
33 te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por esclavo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.
34 Porque, ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.