3 Porque las costumbres de los pueblos son vanidad, porque cortan un árbol del bosque y lo labran las manos del artífice con cincel,
4 con plata y oro lo engalanan, con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva.
5 Derechos están como una palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal ni tienen poder para hacer bien.
6 No hay nadie semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande es tu nombre en poder.
7 ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti te corresponde ser temido, porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay nadie semejante a ti.
8 Y todos se embrutecerán y entontecerán. El mismo árbol es enseñanza de vanidades.
9 Traerán plata laminada de Tarsis y oro de Ufaz, obra del artífice y de las manos del fundidor; los vestirán de azul y de púrpura; obra de expertos es todo.