6 Porque aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun ellos te han traicionado, aun ellos han gritado detrás de ti. No les creas aunque te digan cosas buenas.
7 He abandonado mi casa, he desamparado mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en manos de sus enemigos.
8 Mi heredad fue para mí como león en el bosque; contra mí dio su rugido; por tanto, la aborrecí.
9 ¿Es mi heredad para mí como ave de rapiña de muchos colores? ¿Hay contra ella aves de rapiña en derredor? Venid, reuníos, vosotras todas las fieras del campo, venid a devorarla.
10 Muchos pastores han destruido mi viña, han hollado mi heredad, han convertido en desierto mi heredad preciosa y la han desolado.
11 La han convertido en asolamiento, y desolada, lloró sobre mí; asolada fue toda la tierra, porque no hubo hombre al que le importara.
12 Sobre todas las alturas del desierto vinieron destructores, porque la espada de Jehová devorará desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; no habrá paz para nadie.