4 Porque se resquebrajó el suelo por no haber llovido en la tierra; los labradores, avergonzados, cubrieron sus cabezas.
5 Y aun las ciervas en los campos parían y abandonaban la cría, porque no había hierba.
6 Y los asnos monteses se ponían en las alturas; olfateaban el viento como los chacales; sus ojos se debilitaron, porque no había hierba.
7 Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre; porque nuestras rebeliones se han multiplicado; contra ti hemos pecado.
8 Oh esperanza de Israel, Salvador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué has de ser como peregrino en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?
9 ¿Por qué has de ser como hombre atónito, como valiente que no puede librar? Sin embargo, estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; ¡no nos desampares!
10 Así ha dicho Jehová a este pueblo: Se deleitaron en vagar; no refrenaron sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de la iniquidad de ellos y castigará sus pecados.