2 y di: Escucha la palabra de Jehová, oh rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus siervos y tu pueblo que entran por estas puertas.
3 Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al despojado de manos del opresor; y no maltratéis ni tratéis con violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.
4 Porque si efectivamente obedecéis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos, y sus siervos y su pueblo.
5 Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa quedará desolada.
6 Porque así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como la cumbre del Líbano; sin embargo, te convertiré en desierto y en ciudades deshabitadas.
7 Y prepararé contra ti destructores, cada uno con sus armas; y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.
8 Y muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirá cada uno a su compañero: ¿Por qué hizo así Jehová con esta gran ciudad?