10 Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab, nuestro padre.
11 Pero sucedió que cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió a la tierra, dijimos: Venid y vayamos a Jerusalén, por temor al ejército de los caldeos y al ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.
12 Entonces vino la palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:
13 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Ve y di a los hombres de Judá y a los moradores de Jerusalén: ¿No recibiréis instrucción para obedecer mis palabras?, dice Jehová.
14 Se ha cumplido la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino; y no lo han bebido hasta el día de hoy, por obedecer al mandamiento de su padre; pero yo os he hablado a vosotros, madrugando para hablar, y no me habéis escuchado.
15 Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos, para deciros: Vuélvase ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que os di a vosotros y a vuestros padres; pero no inclinasteis vuestro oído ni me escuchasteis.
16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab han cumplido el mandamiento que les dio su padre, pero este pueblo no me ha obedecido.