3 Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim, el Rabsaris, Nergal-sarezer, el Rabmag, y todos los demás príncipes del rey de Babilonia.
4 Y aconteció que al verlos Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del desierto.
5 Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le apresaron y le hicieron subir a donde estaba Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Ribla, en la tierra de Hamat, quien le sentenció.
6 Y mató el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos en Ribla; asimismo, el rey de Babilonia hizo matar a todos los nobles de Judá,
7 y le sacó los ojos a Sedequías y le aprisionó con grilletes para llevarle a Babilonia.
8 Y los caldeos prendieron fuego a la casa del rey y a las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.
9 Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad y a los que se habían pasado a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los llevó cautivos a Babilonia.