57 Y embriagaré a sus jefes, y a sus sabios, a sus dirigentes, y a sus gobernantes y a sus valientes; y dormirán el sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado por completo, y sus altas puertas serán quemadas con fuego; y en vano trabajarán los pueblos, y la gente sólo para el fuego, y se cansarán.
59 La palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero.
60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia.
61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas,
62 dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, y que para siempre ha de ser desolado.
63 Y acontecerá que cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra y lo echarás en medio del Éufrates,