8 Saeta mortífera es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca habla paz a su amigo, pero dentro de sí le tiende emboscada.
9 ¿No los he de castigar por estas cosas?, dice Jehová. De tal nación, ¿no se vengará mi alma?
10 Por los montes levantaré lloro, y llanto y lamentación por los pastizales del desierto, porque han sido desolados hasta no quedar quien pase, ni oírse el bramido del ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron; se han ido.
11 Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, a una guarida de chacales, y convertiré las ciudades de Judá en una desolación donde no quede morador.
12 ¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿Y a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido y ha sido asolada como un desierto, hasta no haber quien pase por ella?
13 Y dice Jehová: Porque dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron mi voz ni caminaron conforme a ella,
14 sino que se fueron tras la obstinación de su corazón y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres.