1 Y cuando vio Balaam que le parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y la segunda vez, en busca de agüeros, sino que puso su rostro hacia el desierto;
2 y alzó sus ojos y vio a Israel acampado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él.
3 Entonces tomó su parábola y dijo:Dice Balaam hijo de Beor,y dice el varón de ojos abiertos;
4 dice el que oye las palabras de Dios, el que ve la visión del Omnipotente, caído, pero abiertos los ojos:
5 ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus habitaciones, oh Israel!