3 Y en aquel día yo pondré a Jerusalén como una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que la sostengan serán lastimados. Y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.
4 En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; pero sobre la casa de Judá abriré mis ojos y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.
5 Y los gobernantes de Judá dirán en su corazón: Los moradores de Jerusalén serán mi fuerza en Jehová de los ejércitos, su Dios.
6 En aquel día haré a los gobernantes de Judá como brasero de fuego entre leña y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos de alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.
7 Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del morador de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.
8 En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; y el que entre ellos fuere débil en aquel día será como David; y la casa de David será como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.
9 Y acontecerá que en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vengan contra Jerusalén.