4 Y respondió el ángel y habló a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestimentas sucias. Y a él le dijo: Mira que he hecho quitar de ti tu iniquidad y te he hecho vestir de vestimentas puras.
5 Después dijo: Pongan un turbante limpio sobre su cabeza. Y pusieron un turbante limpio sobre su cabeza y le vistieron con ropas. Y el ángel de Jehová estaba allí.
6 Y el ángel de Jehová advirtió al mismo Josué, diciendo:
7 Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos y si guardares lo que he encomendado, también tú gobernarás mi casa y también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar.
8 Escucha ahora, oh Josué, sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son hombres de presagio: He aquí, yo traigo a mi siervo, el Renuevo.
9 Porque he aquí la piedra que puse delante de Josué, sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí, yo grabaré su grabado, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día.
10 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros invitará a su prójimo debajo de su vid y debajo de su higuera.