4 Proseguí y pregunté a aquel ángel que hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué son éstos, señor mío?
5 Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué son éstos? Y dije: No, señor mío.
6 Entonces respondió y me habló, diciendo: Ésta es la palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con poder ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la piedra principal con aclamaciones de: ¡Gracia, gracia a ella!
8 Y vino la palabra de Jehová a mí, diciendo:
9 Las manos de Zorobabel echarán los cimientos de esta casa, y sus manos la acabarán; y así sabrás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.
10 Porque, ¿quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Se alegrarán y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová que recorren toda la tierra.