27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.
30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.
31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
32 Pero siendo juzgados, somos disciplinados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
33 Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros.