14 No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a mis hijos amados.
15 Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres, porque en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.
16 Por tanto, os ruego que me imitéis.
17 Por lo cual os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el que os recordará mis caminos en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias.
18 Mas algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros.
19 Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras de los que andan envanecidos, sino el poder.
20 Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.