21 A vosotros también, que estabais en otro tiempo alejados y erais enemigos en vuestra mente por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado
22 en su cuerpo de carne por medio de la muerte, para presentaros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él.
23 Si en verdad permanecéis fundamentados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo a favor de su cuerpo, que es la iglesia;
25 de la cual fui hecho ministro, según la comisión de Dios que me fue dada en cuanto a vosotros, para cumplir la palabra de Dios;
26 es decir, el misterio que había estado oculto desde los siglos y generaciones, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27 a ellos quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,