20 Y ellos, cuando lo oyeron, glorificaron a Dios y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos de la ley.
21 Pero se les ha informado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apartarse de Moisés, diciéndoles que no han de circuncidar a sus hijos ni observar las costumbres.
22 ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido.
23 Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que han hecho voto.
24 Tómalos contigo, purifícate con ellos y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza, y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.
25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito en cuanto a nuestra decisión de que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de lo estrangulado y de fornicación.
26 Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres y, al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando se ofrecería la ofrenda por cada uno de ellos.