5 Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos,
6 quien también intentó profanar el templo; y prendiéndole, le quisimos juzgar conforme a nuestra ley.
7 Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos,
8 mandando a sus acusadores que viniesen a ti; tú mismo, pues, al juzgarle, podrás entender todas estas cosas de que le acusamos.
9 Los judíos también lo confirmaban, diciendo ser así estas cosas.
10 Entonces Pablo, una vez que el gobernador le hizo señal para que hablase, respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo presentaré mi defensa.
11 Tú puedes comprobar que no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén;