1 En aquellos días, como crecía el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria.
2 Así que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir las mesas.
3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos esta tarea.
4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
5 Y agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, y a Prócoro, y a Nicanor, y a Timón, y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía.