2 Así que los doce convocaron a la multitud de los discípulos y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir las mesas.
3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos esta tarea.
4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
5 Y agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, y a Prócoro, y a Nicanor, y a Timón, y a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía.
6 A éstos presentaron ante los apóstoles, quienes, después de haber orado, les impusieron las manos.
7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían la fe.
8 Y Esteban, lleno de fe y de poder, hacía grandes prodigios y milagros entre el pueblo.