40 Y también había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, y María, la madre de Jacobo, el menor, y de José y Salomé;
41 quienes, estando aún él en Galilea, le habían seguido y servido; y otras muchas que juntamente con él habían subido a Jerusalén.
42 Y al atardecer, porque era la preparación, es decir, la víspera del sábado,
43 José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a donde estaba Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
44 Y Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.
45 E informado por el centurión, dio el cuerpo a José.
46 Éste compró una sábana y, bajándole, le envolvió en la sábana, y le puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.