21 Y cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle, porque decían: Está fuera de sí.
22 Y los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.
23 Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
24 Y si algún reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
25 Y si alguna casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
27 Nadie puede saquear las alhajas de un hombre fuerte, entrando en su casa, si antes no le ata; entonces saqueará su casa.