32 mas después de sembrado, crece y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.
33 Y con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír.
34 Y sin parábolas no les hablaba; mas a sus discípulos en privado les declaraba todo.
35 Y les dijo aquel día cuando anochecía: Pasemos al otro lado.
36 Y despidiendo a la multitud, le llevaron así como estaba en la barca; y había también con él otras barcas.
37 Entonces se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?