Tito 3 RVR1909

1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos para toda buena obra.

2 Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.

3 Porque nosotros también éramos necios en otro tiempo, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles y aborreciéndonos los unos a los otros.

4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,

6 el que derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

7 para que, justificados por su gracia, fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.

8 Palabra fiel es ésta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.

9 Pero evita las cuestiones necias, y las genealogías, y las contenciones y los debates acerca de la ley, porque son sin provecho y vanos.

10 Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación, recházale,

11 sabiendo que el tal se ha descarriado, y peca, siendo condenado por su propio juicio.

12 Cuando te envíe a Artemas, o a Tíquico, procura venir a mí a Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno.

13 A Zenas, doctor de la ley, y a Apolos, encamínalos con diligencia, procurando que nada les falte.

14 Y también aprendan los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto.

15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén.

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