35 Entonces ellos contaron las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
36 Mientras aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo:—¡Paz a vosotros!
37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían un espíritu.
38 Pero él les dijo:—¿Por qué estáis turbados y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?
39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
41 Pero como todavía ellos, de gozo, no lo creían y estaban maravillados, les dijo:—¿Tenéis aquí algo de comer?