2 y les dijo:—Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado. Desatadlo y traedlo.
3 Y si alguien os pregunta: “¿Por qué hacéis eso?”, decid que el Señor lo necesita y que luego lo devolverá.
4 Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron.
5 Algunos de los que estaban allí les preguntaron:—¿Qué hacéis desatando el pollino?
6 Ellos entonces les dijeron como Jesús había dicho, y los dejaron ir.
7 Trajeron el pollino a Jesús, echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
8 También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.