31 El segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento mayor que estos.
32 Entonces el escriba le dijo:—Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios y no hay otro fuera de él;
33 y amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo:—No estás lejos del reino de Dios.Y ya nadie se atrevía a preguntarle.
35 Enseñando Jesús en el Templo, decía:«¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?,
36 pues el mismo David dijo por el Espíritu Santo:»“Dijo el Señor a mi Señor:‘Siéntate a mi diestra,hasta que ponga a tus enemigospor estrado de tus pies.’”
37 »David mismo lo llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo?»Y gran multitud del pueblo lo oía de buena gana.