2 Sobre los sauces de la ciudadcolgamos nuestras arpas.
3 Los que nos capturaron, nos pedían que cantáramos.Nuestros opresores nos pedían estar contentos. Decían:«¡Canten algunos de sus cánticos de Sión!»
4 ¿Y cómo podríamos cantarle al Señoren un país extranjero?
5 Jerusalén,si acaso llego a olvidarme de ti,¡que la mano derecha se me tulla!
6 Jerusalén,¡que la lengua se me pegue al paladar,si acaso no llego a recordarteni te pongo por encima de mis alegrías!
7 Señor, recuerda lo que decían los edomitasel día que Jerusalén fue destruida:«¡Arrásenla, destrúyanla hasta sus cimientos!»
8 ¡También tú, Babilonia, serás arrasada!¡Dichoso el que te dé tu merecidopor todo el mal que nos hiciste!