2 ¡Inclínate a escucharme!¡Ven pronto en mi ayuda!¡Sé tú mi roca fuerte, la fortaleza que me salve!
3 Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo;guíame; encamíname por causa de tu nombre.
4 Sácame de la red que me han tendido,pues tú eres mi refugio.
5 En tus manos encomiendo mi espíritu;¡ponme a salvo, Señor, Dios de la verdad!
6 Señor, yo confío en ti,pero odio a los que adoran ídolos huecos.
7 Yo me lleno de alegría por tu misericordia,pues tú has tomado en cuenta mi afliccióny conoces las angustias de mi alma.
8 No me has puesto en manos de mi adversario;más bien, me has plantado en lugares amplios.