60 Se alejó del tabernáculo de Silo,de su lugar de residencia terrenal,
61 y dejó caer en manos del enemigoel símbolo de su gloria y su poder.
62 Fue tanto su enojo contra su puebloque los dejó caer a filo de espada.
63 Sus jóvenes fueron devorados por el fuego;sus doncellas no llegaron a oír cantos nupciales.
64 Sus sacerdotes cayeron a filo de espada,y sus viudas no lamentaron su muerte.
65 Pero el Señor despertó como de un sueño,y gritando como un guerrero que ha tomado vino,
66 hirió a sus enemigos y los puso en fuga;¡los dejó avergonzados para siempre!