15 Quiebra tú el brazo del impío y del maligno; persigue su maldad hasta que no halles ninguna.
16 Jehová es Rey eternamente y para siempre; de su tierra han perecido las naciones.
17 El deseo de los humildes oíste, oh Jehová: Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído;
18 Para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.