25 Desde la antigüedad tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.
26 Ellos perecerán, y tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como una ropa de vestir los mudarás, y serán mudados:
27 Mas tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin.
28 Los hijos de tus siervos permanecerán, y su simiente será establecida delante de ti.