28 Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien.
29 Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo.
30 Envías tu Espíritu, son creados; y renuevas la faz de la tierra.
31 La gloria de Jehová será para siempre; Jehová se alegrará en sus obras;
32 el cual mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.
33 A Jehová cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
34 Dulce será mi meditación en Él: Yo me alegraré en Jehová.