9 Oh Dios, a ti cantaré canción nueva: con salterio, con decacordio cantaré a ti.
10 Tú, el que da salvación a los reyes, el que libra a David su siervo de maligna espada.
11 Rescátame, y líbrame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.
12 Que nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud; Nuestras hijas como las esquinas labradas a manera de las de un palacio;
13 Nuestros graneros llenos, provistos de toda clase de grano; nuestros ganados, se multipliquen de millares y decenas de millares en nuestros campos:
14 Que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni grito de alarma en nuestras plazas.
15 Bienaventurado el pueblo que tiene esto; bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.