6 Yo te he invocado, porque tú me oirás, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
7 Muestra tus maravillosas misericordias, tú que con tu diestra salvas a los que en ti confían de los que se levantan contra ellos.
8 Guárdame como a la niña de tu ojo, escóndeme bajo la sombra de tus alas,
9 de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
10 Encerrados están con su grosura; con su boca hablan soberbiamente.
11 Ahora han cercado nuestros pasos; tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
12 Como el león que desea hacer presa, y como el leoncillo acechando en su escondite.